El domingo 3 de marzo las bases científicas argentinas en el Atlántico Sur recibieron una alerta de tsunami. Se había registrado un sismo de 6.6 grados de intensidad en las islas Sandwich del Sur que hizo saltar las alarmas del sistema de monitoreo, pero que sin embargo no tuvo mayores repercusiones. Cinco días después, ayer, las costas del Japón fueron asoladas por un terremoto de intensidad 8.9 en la escala de Richter.
Estos dos eventos geológicos podrían estar relacionados. Es que las placas tectónicas, que componen la superficie terrestre, se mueven constantemente. “Las placas están todas en contacto, si una se mueve las demás se pueden reacomodar”, explica Rodolfo del Valle, jefe del departamento de ciencias de la tierra en el Instituto Antártico Argentino. A modo de efecto dominó, el roce de las placas que ocasionó el sismo en el Atlántico Sur podría haber influido en el fenómeno que se desató en las costas niponas. Allí “el fondo del océano Pacífico se metió por debajo de las islas del Japón”, cuenta del Valle, “y causó el sismo, un fenómeno conocido como subducción de placas”. La fuerza y violencia de este desplazamiento de placas hizo que las olas viajasen a 700 u 800 kilómetros por hora y pusieran en riesgo a las islas cercanas, e incluso a la costa Pacífica americana.
Sin embargo, estos fenómenos sísmicos no son infrecuentes en el Pacífico. “El fondo del océano se está metiendo por debajo de los continentes”, comenta Del Valle. Cada vez que el fondo marino penetra un poco más se producen sismos, terremotos y tsunamis. Uno de los más recordados es el que ocurrió en 2004 en Indonesia, con un saldo de 230 mil víctimas.
Para del Valle, es necesario monitorear los efectos de este sismo durante al menos una semana. “La corteza terrestre de la zona sigue vibrando como una campana, y al momento ya se registraron más de cien repeticiones atenuadas del fenómeno”, alerta. Una de esas réplicas, un terremoto de intensidad 6.6 en la escala de Richter, sacudió a las provincias de Nagano y Niigata y no se descarta que fenómenos similares puedan repetirse en la zona.
Desplazamiento de las islas Orcadas. El 4 de agosto de 2003 se registró un sismo de 7.3 grados en la escala de Richter a treinta kilómetros al nordeste de las islas Orcadas, en el Atlántico Sur. El agua congelada que rodeaba las islas actuó como amortiguador del impacto y el tsunami viajó por debajo de la capa helada. Pero, al llegar a la isla, la violencia del impacto hizo estallar el hielo de la costa, que se partió en cubos de dos metros. Tras el episodio los científicos comprobaron, sorprendidos, que la isla se había desplazado quince centímetros hacia el norte.
Lo mismo ocurrió en la isla de Sumatra, Indonesia, en el Pacífico Sur. El 26 de diciembre de 2004 un tsunami devastó sus costas. La magnitud del sismo fue entre 9.1 y 9.3 en la escala de Richter y desplazó la isla de Sumatra 30 metros hacia el sudoeste. Para del Valle, las chances de que Japón también se haya desplazado son altas. http://tiempo.elargentino.com/notas/las-islas-sandwich-del-sur-tuvieron-su-tsunami
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